El universo de Merril Garbus se llama Tune Yards

La primera y única vez que Merril Garbus y yo intercambiamos miradas, yo ya había reflexionado mucho sobre su música y su persona. Estaba absolutamente fascinada, y continúo, con su actividad artística, sus decisiones, su búsqueda y su activismo. Pero a ambas nos pilló a contratiempo y el intercambio de palabras no se pudo dar. En ese preciso instante Carlos y yo estábamos en la terraza del Bitterzoet haciendo tiempo antes del concierto. Nos habíamos empachado de Nikki Nack y Whokill. Íbamos en calidad de “muy fans” o un nivel más allá. Ella justo salía de la sala del brazo de Nate Brenner, bajista de Tune Yards, además de su mano derecha y pareja sentimental. Iban con mucha prisa, probablemente buscaban relajarse y comer algo antes del gran momento. Y en ese instante nuestro, ella pensaría, mira una fan que me ha reconocido. Y yo, con mi habitual despiste, me quedé preguntándome internamente ¿será ella o no será? Y así cruzamos las miradas y así me quedé yo pensando qué le hubiese dicho. 

Una hora después entrábamos por la puerta de la sala Bitterzoet en Ámsterdam. Tendríamos el privilegio de asistir a la puesta en escena de Tune Yards. En casa habíamos tenido muchas conversaciones en torno a este último disco. Que si no sonaba con la fuerza y pureza en bruto de Whokill, pero sin duda era su álbum más detallista, con más producción y arreglos. Que si las melodías en la primera escucha eran más duras y difíciles de asimilar que temas como Gangsta o Bizness. Pero, sin embargo, sus letras seguían siendo crudas y directas, lanzadas con el mismo grito desde las entrañas. Envueltas de ritmos étnicos, lejanos de sonidos norteamericanos, y plagadas de toques naif, porque solo los niños son capaces de mantenerse cuerdos en un mundo como este que nos envuelve. 

Descubrimos a los teloneros Sylvan Esso, que lo dieron todo con su synthpop bailable. El ambiente ya estaba creado. Buen rollo, músculos estirados y cuerpo en forma para llevarlo tan arriba como Garbus y su crew decidieran.

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Crisis que te pillan en bragas

Merril Garbus estuvo a punto de dejar la música. Ya había pegado el gran salto con Whokill, su segundo trabajo. Pero las crisis no entienden de famas, aunque lo tuyo no sea el mainstream. Y, después de la tormenta y de un viaje a Haití, llegó Nikki Nack. El arte siempre estuvo en su vida. No podía ser de otra manera teniendo unos padres hippies en continua experimentación. Su educación siempre había sido muy libre y crítica. Y, aunque en un momento renegara de dedicarse a la música y eligiera la interpretación y las marionetas, estaba escrito que tenía que expresarse mediante esta disciplina.

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Así que se especializó en ukelele y percusión. Criada en un país de doble moral, EE.UU, Merril solo podía cantar a esas tremendas contradicciones del sistema en el que vivimos, que normalmente suelen estar vetadas en la fórmula de bandas indies. “No hay agua en la fuente de agua”. “Vengo de la tierra de la vergüenza”. “Hey, vida, te estoy llamando por tu nombre, pero todo lo que escucho es eco”. Todo sin caer en el panfleto y experimentando siempre. Del lo-fi de Bird-Brains, su primer disco grabado con una grabadora casera, pasó al hi fi. Y después llegó a melodías totalmente alejadas de nuestros ritmos occidentales. No ha parado hasta experimentar y preguntar-se para llegar a su voz y su verdadera esencia en esto de la música. Aunque aún es muy joven, 35 años, y le queda mucho por descubrir. Por el momento ya ha vivido en Kenya, durante la universidad, y en Haití, antes de grabar Nikki Nack. Y esta influencia de ritmos africanos y caribeños se nota profundamente en todos sus movimientos.

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La pureza de Tune Yards sin filtros

Y así, curada de esta depresión de identidad; con más conocimientos de cómo no dejarse la garganta al cantar y de bailes y ritmos haitianos; y en conclusión más franca con ella misma y con sus seguidores, se presentó con su vestido de escamas verdes ante el público amsterdamer. Lo primero que nos sorprendió fue la formación de la banda. Para esta gira enriquece sus loops grabados de sonidos múltiples, voces, palmas y percusión, con un coro de dos fantásticas voces, Jo Lampert y Abigail Nessen Bengsom. Nate Brenner, con los sintetizadores, bajo y coros, es claramente la otra mitad de Tune Yards. Y Dani Markham es el complemento a la percusión de Garbus, a la batería y coros. ¡Increíble energía la que transmite toda la formación!

Nate Brenner

Pensábamos que los platos estrella de la noche serían los singles más aclamados de Whokill. Y nada más lejos de esta realidad. Los asistentes nos entregamos al máximo con cada uno de los temas que tocaron, fuesen del disco que fuesen. La actuación estuvo llena de pura organicidad  y generosidad, que nos envolvió a cada una de las que estábamos allí.

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Merril Garbus, referencia musical y personal

Lo que más me gusta de Merril no es que huya del hype, lo odia. Ni que después de conseguir un éxito mundial casi decidiera dejar la música por no poder responderse a sus preguntas. Ni que busque en otras culturas para comunicar y expresar. Ni que rehuya de todo estereotipo para mostrarse frente al público y a veces roce el transgénero. Ni que estuviera implicada en el movimiento Occupy Wall Street. Ni que verbalice todo esto en los medios. Ni que se deje un bigote maravilloso y huya de convencionalismos femeninos extremos y luego use las pinturas de fantasía más increíbles y hable con marionetas. No cabe en un molde y eso es perfecto. Lo que más me gusta de Merril Garbus es todo eso y que con cada paso que da se empeña en vivir plenamente y se pregunta y se frena y se intenta responder y, aunque tenga miedo, continúa. A pesar de que ello lleve implícitas todas sus inseguridades, que pone en el escaparate adrede para tenerlas en frente y así poder superarlas. Y así somos todos y todas, ¿no? Habitantes de este planeta frágiles y asustados, pero con toda nuestra energía puesta para que nuestro corto camino por esta vida sea lo mejor y más intenso posible y al mismo tiempo podamos sacar nuestra máxima esencia a nuestro paso.

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Y aquí recuerdo unos versos de Fernando Pessoa que el otro día una amiga posteó. «Llega un tiempo en que es preciso abandonar las ropas usadas, que ya tienen la forma de nuestro cuerpo, y olvidar nuestros caminos, que nos llevan siempre a los mismos lugares. Es el tiempo de la travesía: y, si no osamos hacerla, nos habremos quedado, para siempre, al margen de nosotros mismos.»

No os quedéis al margen de vosotras mismas! ¡Vivid, cantad y bailad como lo hace Merril Garbus!

Artículo publicado en la desaparecida publicación Generación Málaga en julio de 2014 dentro de la sección sobre cultura y feminismo El cambio tiene nombre de mujer escrito por Laura Rueda.

Puedes descargar el PDF con la maquetación de este artículo en Generación Málaga aquí.

Solo me inspira la música de Olafur Arnalds para escribir

Tengo un problema, solo me inspira la música de Olafur Arnalds para escribir. Espío muros de Facebook en busca de algún descubrimiento que me haga tener más variedad, pero la gente últimamente solo comparte fotos de cotillones de Noche Vieja y de resacas difíciles de superar en tres días. Y antes de eso, imágenes de platos perfectos cocinados para Nochebuena y de grandes grupos familiares sonrientes. Y antes de eso todo tiene que ver con la purpurina, el alcohol y la grasa, excesos a los que uno siempre se entrega por estas fechas.

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Pruebo a pasar página y dejar a un lado a Olafur por un tiempo. Quiero escuchar a otros músicos, emergentes o no, pero recién descubiertos por mí. Lo intento con Spotify. La madrugada de Fin de Año una amiga opinaba que no hay grandes movimientos musicales que hayan marcado a una generación desde el Grunge, más bien desde Nirvana. Luego opinó que quizá el Britpop también pudiera valer. La misma amiga me confesó que ya no invertía horas buscando nuevos grupos entre blogs especializados. Yo le recomendé Spotify y sus aplicaciones. Pero ella me dijo que los algoritmos no funcionan igual para descubrir nuevos sonidos porque no tienen tanta alma como los blogs especializados. Zombie de sueño, quise rebatirle que a veces puedes tener suerte, pero no es así, no he tenido suerte.

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No quiero dejar a Olafur para volver a viejos conocidos como Ludovico, Richter, Glass, Sakamoto o Brion. Por no hablar de Tiersen, Morriconi o Mancini. Tampoco me concentro si escucho a nuevos descubrimientos que me han emocionado recientemente, como Benjamin Clementine, porque su fuerza es tan magnética que, en vez de buscar BSO para mis horas de escritura, comienzo a pensar en historias maravillosas en la que yo soy la protagonista. En las historias soy una yo más vital, brillante e interesante. No, definitivamente Benjamin Clementine no sirve, tampoco Júníus Meyvant, Chet Faker, Alela Diane, Ibeyi o Soley. Pero quizá puedan servir Beach House, Tame Impala, Deerhunter, Toundra, Kamasi Washington o Daughter.

ibeyi

Me he dado cuenta de que a veces, en las conversaciones donde hay un poco de alcohol de más, me olvido de los nombres de las bandas que conforman mi BSO, y no quiero que se escapen. No quiero que se vayan a ningún lado, quiero que se queden aquí, conmigo, mientras nos sorprendemos juntas al escuchar nuevos descubrimientos para escribir, para soñar, para pasarse con el alcohol o simplemente para estar aquí.

Escribo para no explotar. Microrrelatos. 2

Estaban tramando algo de manera silenciosa. No tenían un plan trazado sobre papel, pero en su segunda cita fueron juntos a ver la última película de Wes Anderson. Se identificaron tanto con los niños protagonistas que decidieron escapar del mundo. Aun intentan traspasar la frontera, pero al menos están juntos…

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Fotograma de la película Moonrise Kingdom de Wes Anderson.

Mi vecino ha gastado las canciones que más me gustan y también las que menos pensaba que iba a odiar a rasgazo de guitarra y chillido de crooner latino nacido en Holanda… limpios. Como si no hubiese un mañana, como si acabara de descubrir a Silvio Rodríguez y a Pablo Milanés… Pero es majo… Pero es majo… Muy majo… Y amenazar a vecinos en idioma ajeno con objetos punzantes no está bien…

Y en esta locura de mundo, la gente encuentra a gente única muy de vez en cuando. Gente con la que hacen clic, clac o cluc. Si ese día tienen la suerte de darse cuenta de esta peculiaridad, los cuidan mucho, mucho, hasta sacarles brillo e intentan no romperlos, como con un jarrón. Si no es así, porque estaban de resaca o en «un momento complicado de su vida», se pasan media vida buscándolos, poniendo anuncios en forma de estado de Facebook y Twitter y comprando objetos de ver mejor tipo prismáticos, lupas o gafas de intuir el camino hacia Macondo.

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Imagen encontrada en Pinterest sin firma de autor.

La exclusividad sale muy cara. Puedes leer esta frase del derecho o del revés, pero siempre es cierta. Bien por querer tenerla y tener que pagarla. Bien por dejarte tu tiempo entero y esmero en algo que al final del mes no te da de comer.

Los dramáticos odian a los histriónicos y éstos a los egocéntricos y éstos a los centros de atención y éstos a su vez a los reyes y reinas de la fiesta y éstos a su misma vez a los triunfadores de la vida. Todos y todas quieren ser los protagonistas de la película.

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Un vaso de vino verde y unas flores con todos los colores del otoño son suficientes para conseguir la mejor noche de las dos personas más felices del mundo. Lo tienen todo en 45m2 y lo que no cabe ahí recorre cada milímetro de sus geografías: pálpitos, sangre, suspiros, sonrisas, guiños, sudor, sueños y la seguridad que da valorar cada segundo con sus pequeñas peculiaridades.

¡Muérete! Déjate de pajaritos

En realidad el comentario decía así, copio y pego, «Muerete! Dejate de pajaritos que cuando lleves un año fuera tu casa se te va quitar las ganas de escribrir tonterias». 

Hace aproximadamente nueve meses anunciaba en este post que también me iba, que emigraba. No hace falta explicar la rutina de jóvenes y no jóvenes actual en España. Esta podría ser una historia, no es la mía personal, pero las hay a puñados, similares. Te quedas en el paro. No encuentras trabajo. Decides reciclarte y ser optimista. No hay suerte. Vuelves a la casa de tus padres, pero a veces tus padres están peor que tú y, un día, decides irte con lo puesto. Con una mano delante y otra detrás. La gente te dice que eres muy valiente, que vaya vergüenza de país y de clase política. Te dan ánimos y tú sonríes amable, pero en realidad estás cagada al máximo nivel escatológico. Hueles a caca y sabes que los demás la huelen también, pero quedarse ya no es una opción, hace mucho que dejó de serlo.

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Imagen sacada de Pinterest

En mi caso personal, antes de irme, escribí este post para dar ánimos a la gente que se queda, porque si alguien cambiará las cosas algún día, serán ellos y ellas. Entre los comentarios que recibí estaba éste que he escrito más arriba. No lo publiqué porque me pareció muy agresivo. Porque si hubiese empezado la frase con el, déjate de pajaritos, habría entendido que de mi literatura sacaba en claro mi aire naive a veces hacia la realidad e intentaba con su comentario que despertara un poco. Como los padres cuando te avisan de que la vida no es Bambi. Pero no, directamente me ordenaba a morirme en la primera frase. Y porque, si lo publicaba y lo contestaba, tendría que haber respondido a esa persona y explicarle atentamente que no era mi caso el que exponía en su comentario, que llevo más de una década fuera de mi ciudad natal, de casa de mis padres y que ya me he buscado la vida anteriormente cambiando de ciudad, aunque esta sea mi primera vez cambiando de país. En fin, mucha explicación para una persona anónima, que ni siquiera había firmado con su nombre, mucha molestia. No lo hice, pero aun lo conservo en comentarios no publicados. Es el único comentario que no he aporbado en mi blog porque no me aportaba nada. Bien, hoy ha llegado el día de hacer caso a este comentario y de hacer un repaso de estos meses. Por eso respondo a esta persona y a las que igual pensaron como él o ella en su día, pero nunca lo materializaron. Hoy entiendo mucho mejor que nunca que la vida NO es caerle bien a todo el mundo, ni que el mundo en su globalidad redondita te caiga bien a ti, ¡menudo empacho sería!

I don't cre
Imagen sacada de Pinterest

Siento haber empezado el post de una manera tan violenta, después de tanto tiempo sin escribir. No tengo claro que el silencio sea buen consejero, pero tengo muy claro que todo ocurre por algo y que, si nos escuchamos bien, con los años, aun sin comprenderlo del todo, nos iremos aproximando un poco más al «yo» que de verdad queremos ser. Es muy fácil escribir las cosas, pero un poco más indigesto es tragárselas y aplicarlas. Soy consciente. Ya sabéis eso de ir corriendo tan rápido que no ves la piedra y te pegas el batacazo. Yo era de aquellas niñas que tenían las rodillas, ambas a la vez, repletas de mercromina… ¡SIEMPRE! Para entrar en materia, os dejo con una de las canciones más mágicas que he escuchado últimamente, una delicia sonora desde Málaga. Es curioso, hablando de este grupo al que admiro bastante, Allfits, cómo encuentras más conexiones personales al escuchar su música, hecha en tu ciudad, cuando estás fuera de ella. Quizá se deba a su trayectoria de éxito por el norte de Europa y a las interferencias de paisajes comunes que tendrán sus canciones. Esta banda también da para un post aparte. Respect absoluto.

Pues bien, aun no ha pasado un año completo, sólo ocho meses y poco más, y ya puedo afirmar a ciencia cierta lo siguiente:

– Que no. No hay pajaritos. Aquí hay muchos cuervos y gaviotas. También hay patos de los que estamos acostumbrados a ver en España en los múltiples canales. Y unos patos con una sombra roja alrededor del ojo a los que llamamos patos zombies. También hay cisnes y ocas… Pero pajaritos de los de Disney que recogen la mesa mientras bailan y cantan al ritmo de la protagonista, la princesa que todo lo consigue, de esos no hay. Tampoco hay princesas ni príncipes, pero una vez vi un sapo en un parque.

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– Que es duro alejarse de la zona de confort, mucho. Y lo que me queda aun por descubrir y los batacazos anunciados que me tengo que dar… Aun tengo que asimilar cuál va a ser el giro que mi vida está dando actualmente. Sé que todos estamos en esas ahora. Que no tiramos la toalla y seguimos con la esperanza de vivir de lo que estudiamos, de nuestra verdadera pasión, pero que el 89% de posibilidades anuncia que quizá tengamos que combinarlo con trabajos de toda índole. Open your mind!

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– Que no creo que nunca llegara a ser un «big fish» en un estanque pequeño. Pero que ahora, en este lago enorme soy un boquerón minúsculo que no habla el idioma de los demás tiburones que lo habitan.

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– Que descubres que cuando te mudas, todos tus miedos se siguen mudando contigo. Y que se potencia además viajando a un país donde corroboras que la crisis de valores de la que nos hablaba nuestro querido y siempre presente Sampedro está aun más vigente y enorme. Y tú sigues queriendo ser David contra Goliat. Pero hasta Sansón perdió su fuerza cuando le cortaron la melena. No quiero hablar en clave, pero tú me entiendes seguro.

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Pero, después de todos estos puntos anteriores desarrollados, intrínsecos en el comentario «muérete, déjate de pajaritos», que son negativos, también tengo que decir que no se me han quitado las ganas de escribir «tonterías» y que, de una manera muy positiva siempre, no echo de menos mi país ni a mi gente como si me fuera la vida en ello, es decir pienso en ellos, pero sigo mirando al horizonte porque sé que estoy perdida aquí y estaría perdida allí también y sin posibilidad de trabajo. He aprendido muchas cosas durante estos meses, pero también tengo la sensación de que podría haber aprovechado el tiempo mucho mejor. La valentía y el miedo a veces pueden ser muy buenos y cómplices amigos entre ellos.

to write
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En fin, no pretendo ahorrarme las sesiones que me hacen falta con un psicoterapeuta en este blog. Mi propósito de hoy es hablar de proyectos con los que te encuentras en horas bajas y te transmiten pasión, te hacen sentir viva, te dan ideas y ganas de colaborar y seguir dando guerra. Y, lo más importante, te hacen mirar hacia delante con optimismo. Proyectos que al fin y al cabo des-invisibilizan la pretensión de anularnos del poder para pasar a encontrarnos, conocernos y caminar juntas. Los quiero comentar brevemente con vosotros y vosotras, porque como dice mi amigo Andrés, «¡compartir es vivir!».

let's share
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Ethical Magazine

Ethical

Hace un año, una de las experiencias más positivas que encontré en mi paso fugaz por la ciudad de Madrid fue conocer a Paula González. Comunicadora y activista por los derechos de los animales. Incansable, trabajadora y siempre optimista. Paula es parte importante del santuario de animales El Hogar, donde además de ser voluntaria, se encarga de la labor de comunicación. La revista Ethical Magazine sigue esta línea editorial. Según se definen ellas mismos, este proyecto lo conforman «personas que creen en la igualdad de derechos, más allá de cualquier tipo de discriminación arbitraria de los individuos en función de su sexo, raza, especie, posición social o cualquier otra característica personal. Somos voluntarios y activistas que comparten determinados valores, los mismos valores que impulsan esta publicación y constituyen su razón de ser. Ethical Magazine es una iniciativa sin ánimo de lucro, que recurre a la autofinanciación para su mantenimiento y destina cualquier potencial beneficio a los habitantes del santuario de animales EL Hogar».

«Ethical Magazine nace con el propósito de mostrar que existen alternativas a una forma de vida basada en la explotación sistemática de los individuos, y de los propios recursos del planeta». Entre sus páginas virtuales encontraréis secciones muy variadas e interesantes: música, fotografía, cine, literatura, moda, alimentación, viajes, salud animal, activismo y mucho más. Creo que hay vocabulario de cabecera que sería importante repasar más a menudo, como si fuésemos niños de primaria que están aprendiendo sus primeras lecciones de pupitre, atentos, entusiasmados y proactivos. Ética, sin duda, estaría entre las primeras a re-masticar.

Reset

dale vida

Este mes de marzo, a través de mi amiga Carmen Lozano Bright, participamos en un hangout sobre experiencias participativas con el equipo de «15M: Málaga Despierta», documental colaborativo del que soy parte, y al que debo un post completo en este blog. Lo organizaba Think Commons, plataforma de pensamiento en red. «Un entorno transmedia que promueve el debate y genera conocimiento sobre procomún, creación colectiva, colaboración, cultura libre y open government». En el encuentro digital también estaba Alba Muñoz, la coordinadora de Reset (The Reset Project), un proyecto que me tocó directamente por dirigirse a profesionales de la comunicación precarios o en paro. Esa soy yo. La definición del proyecto me pareció alentadora y esperanzadora para comunicadoras que seguimos en activo, aunque sin trabajo ni plataformas donde publicar. Reset tiene dos objetivos simultáneos. En primer lugar es una revista impredecible porque «queremos hacer visible el trabajo de todas y todos aquellos profesionales que no están dentro de la industria mediática, pero que siguen trabajando, pensándola también. En este sentido, no exigimos trabajos de máxima actualidad, sino simplemente historias. Promovemos la flexibilidad formal, el espacio para la experimentación, el slow journalism y el carácter atemporal. No queremos hacer crecer la rueda de la precariedad, por eso tampoco reclamamos producciones inéditas. Se trata de crear un punto de unión». En segundo lugar es una Red-acción porque las autoras y autores de los contenidos son sus protagonistas y esto enlaza con su segundo objetivo: «creemos que la comunidad periodística está paralizada ante una crisis de los medios de comunicación que no sólo es económica, sino de sentido, valentía y creatividad. Queremos que Reset genere los cimientos necesarios para romper la competencia estéril por nutrir a los medios masivos (que nos precarizan y cada vez sentimos más lejos) en favor de la cooperación. Se tejerán redes entre nosotras y nosotros, quizá surja una conciencia –crítica– como colectivo profesional que nos ayudará a construir los medios, plataformas e iniciativas periodísticas del futuro. Para ello estamos desarrollando una herramienta que facilitará y ejecutará esas interacciones espontáneas y constructivas entre profesionales y ciudadanos y ciudadanas: la Red-Acción».

Por si no os ha quedado claro, os dejo con el vídeo que resume sus características fundamentales y filosofía de vida. Si eres periodista, no cometas un periocidio y ¡dale vida a tus historias inéditas con Reset!

Mapmakers

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Otra de las mejores cosas de Madrid fue la Escuelita Sr. Burns. Y, entre los descubrimientos más preciados, uno de mis rarunos preferidos, Luis Ángel Mendaña del Río o Lugarzen, su nombre en Twitter. Además de ser ya un amigo de los que, da igual cuanto tiempo haga que no habláis, que con una tarde de Skype ya os ponéis al día y la distancia ni se nota, siempre que estoy de bajón o con alguna idea rondando por mi cabeza, me anima, me aconseja y me apoya. Ya nos lo hemos dicho muchas veces, que nos gusta rodearnos de personas despiertas, creativas, proactivas y con esa maravillosa manía de sonreír todo el rato. ¡Ese es Lugarzen! ¡¡Todo el mundo se emociona cuando habla de sus amigos!! Ya me centro.

Hace unas semanas, leía su primer post en un nuevo proyecto, Mapmakers. ¿Y quiénes son los Mapmakers? Unos seres que te invitan a que dibujes tu mapa personal poniendo todos los ingredientes que  quieras que tu aventura tenga. ¿Para qué esperar si tu vida es aquí y ahora? Por lo visto, algunos Mapmakers no saben que lo son y solo necesitan un empujoncito… ¿Te dejas empujar? Por lo pronto te invito a que te sumerjas en las muchas y variadas historias que los Mapmakers están tejiendo, redactando, construyendo, imaginando, cantando, silbando, susurrando… Hay tantas cosas positivas que contar y de tantas maneras diferentes, que ya es hora de que empieces a coger tus lápices de dibujar. «Los mapmakers son tan buenos dibujando mapas, porque saben cómo dibujar mapas cuando no existen caminos».

AA it’s me

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Ilustración de la artista malagueña La Princesita a Nuria

No conozco a Nuria personalmente. Me topé con su blog porque es de Málaga, mi ciudad adoptiva durante muchos años, donde están mis amigos y miles de recuerdos y cosas bonitas. Sí parece que tenemos a amigos comunes porque siempre comparten sus posts o los comentan. Y de esta forma, como Facebook es muy chivato, llegó a mis ojos su blog. Sólo hace falta leer una línea para que Nuria te transmita fuerza, vida, energía y un chute de optimismo, así de un plumazo y de golpe. ¡Como a mí me gusta! Así que es lógico que te enganches a su historia y no la sueltes hasta acabar de leer todo lo que ha publicado hasta ahora. A través de esta bitácora personal, su protagonista nos sitúa en su vida actual y nos cuenta sus aventuras por el mundo. Actualmente vive en Nueva Zelanda, pero en nada tiene planeado un viaje a La India con su chico. Ella se define como viajera, se nota que es lo que la hace sentir viva, viajar, compartir con la gente y descubrir nuevos paisajes y todo lo que esto conlleva. Dice que, aunque pensemos que es difícil por asociarlo al dinero, viajar es colgarse una mochila y tener ganas. Me recordó mucho a este documental que tengo tantas ganas de ver, precisamente porque su protagonista tiene el mismo don que tiene Nuria, te transmite ganas de vivir la vida a tope y sin esperar a mañana, empezando ahora. «No hay nada que tenga sentido, más allá de lo que te haga feliz» nos dice Albert Casals, su protagonista.

Nuria también se define como calvita y a través de su vida nos cuenta cómo es la enfermedad con la que se topó hace casi tres añitos, la alopecia areata. También tiene un Facebook, Alopecia Areata España, donde «busca fomentar y apoyar a las personas con la enfermedad y crear una comunidad en línea para ellos». AA it’s me es el nombre de su blog y cómo se define ella después de haber pasado por asimilar su enfermedad y perder casi todo el pelo de su cuerpo. Yo he conocido esta enfermedad gracias a ella y un montón de historias de superación y de ganas de vivir no de cualquier manera, vivir sin filtros ni sensaciones descafeinadas, vivir a tope. Os recomiendo, además de pasar por su blog y su Facebook, la lectura del post que le dedica la periodista Paloma Goñi en su blog, Aires de Cambio, donde dice algo que me parece clave para acabar este post y que quizá sea lo que me está dando a mí tantos quebraderos de cabeza en mi constante fase de búsqueda actual:  «Esta joven es una mujer optimista que ha decidido compartir su visión del mundo y de su situación particular a través de un blog, ante la imposibilidad de encontrar otros blogs en español de gente con alopecia areata. Y es algo importante, que la gente hable, cuente y “salga del armario”, que empecemos a ser como somos, sin ocultarnos tras máscaras, máscaras y más máscaras».

Pues eso, ¡no te ocultes! ¡Rétate a descubrirte! ¡Que no te hunda el poder con su objetivo de subordinarnos a la precariedad y al silencio absoluto ante esta crisis! Es frustrante, es desesperante, lo sé, pero de nuevo ese mensaje de José Luis Sampedro que hay que repetirse siempre, siempre, siempre. Somos afortunados porque nos han dado el beneficio de una vida, así que, nuestra obligación es VIVIRLA.

With brave wings she flies
Imagen sacada de Pinterest

P.D. Para acabar os dejo con un vídeo que recomienda Nuria y que os recomendamos el Rubio y yo también. Lo vimos el otro día y nos encantó. Porque, inciso, antes he dicho que no hay príncipes ni princesas por aquí, pero tengo la suerte de compartir mi vida con el niño republicano más lindo por dentro y por fuera del mundo mundial y con Clotilde Rueda, nuestra hija peluda, y la perrita más famosa de Instagram a este paso. El vídeo habla sobre la vulnerabilidad. Y como es algo que compartimos todos y todas, creo que deberías verlo. ¡Hasta la próxima, gente!

http://www.ted.com/talks/brene_brown_on_vulnerability.html

¿Por qué los hipsters no quieren ser hipsters?

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Típica foto desde el avión

Sin duda, de todo el trayecto que comenzaba un viernes a las 16.30 de la tarde y acababa un sábado a las 12.45 del medio día, lo más temido eran las cinco horas de autobús desde mi ciudad adoptiva, hasta el pueblo que me dio origen como criatura Rueda y Curra. Hasta hace muy poco había mejores conexiones de autobuses entre una ciudad y otra. Y ahora, si eres de las valientes que se decide por esta opción, además de curtirte como persona y hacer un máster acelerado en situaciones surrealistas del sur de España, que ni como oriunda te esperas, te chupas cinco horazas en el asiento de un autobús Alsa, que además de dejarte un estupendo culo-carpeta, hace que una se encuentre consigo misma. Y a veces, podemos llegar a sorprendernos de que, pese a vivir la vida entera con una misma o con uno mismo, el poco tiempo que le dedicamos a auto-cogernos de la mano y evadirnos del mundo un ratito para pensar o para balbucear cantos de mono, si se quiere, pero al fin y al cabo, para cuidarnos un poco por dentro, es ínfimo.

Y después de esta introducción, que espero que no haya sido muy soporífera, pero que muchos sabéis que atiende a mi manera de expresarme hablando, (“¡¡¡Cállate, Laura!!!”. Esto es un guiño, que todo hay que decirlo), comienzo un tema del que hace tiempo tenía ganas de hablar.

7.15 de la mañana. Mi autobús sale a las 8.00 y me acosté a las 5.30. ¿Cómo es posible que no haya sonado el despertador si ayer casi no me voy a dormir para, precisamente, no dormirme? Sabía que esto iba a pasar, no sé por qué siempre pienso que he cambiado y estoy prosperando en esto de madurar. Llegar a mi pueblo es una verdadera odisea y mi familia en pleno me está esperando para achuchones varios y recetas culinarias de nuestra familia, muy Curras. ¡Para ver a mi familia merecen la pena las 5 horas y lo que haga falta! De nuestro clan siciliano-viatoreño ya hablaré en otro post, ¡muy necesario!

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Banquete de bienvenida de mi familia ❤

Volviendo al autobús, me paso el viaje cambiando de la postura alcayata a la postura budista. Y justo cuando consigo que el dichoso Morfeo llegue al punto exacto de sueño en la decrépita carretera secundaria que mi Alsina atraviesa, justo en ese momento, el autobusero dice que paramos en un pueblo tres cuartos de hora. ¿45 minutos, nene? Esta procesión de paradas cada kilómetro y medio llega a su punto álgido con la oportunidad de descubrir el pueblo en una hora menos un cuarto.

Después de inyectarme un café en la barra de la cafetería de la estación y volver a recuperar la capacidad para pensar, miro el reloj y veo que solo han pasado 10 minutos. Y llego por fin a lo que iba, que es a encontrarme con el kiosco que tiene la Rockdelux, (y no la Rockzone, ¡lo siento, rubio!), y me la compro. Siento la chapa, pero ir en un bus te estimula la neurona de tocar las teclas más de la cuenta.

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Hace ya un tiempo que me lleva poniendo de los nervios la tendencia actual de las publicaciones musicales de «posturear» en la máxima expresión de la acepción del verbo más de moda. Que yo entiendo que a todos nos gusta el petardeo y que el «postureo» se ha convertido en un reclamo estupendo para vender o al menos para hacer que se lean los artículos. Pero algunos de ellos ya aburren, no aportan nada. La verborrea en ocasiones se convierte en una sucesión de insultos a colectivos varios. Tanto es así, que los redactores insultan a sus lectores y se quedan tan panchos. Porque insultar a feministas, veganas, activistas, tatuadas, modernas, hippies y hipsters que resultan ser anti-hipsters, ¿o era al revés?, es meterse con el grueso de los lectores y lectoras. Desde mi punto de vista. Y aun más, ¿por qué se lleva tanto meterse con la tribu hipster si al final los que lo hacen son una calcamonia del hipsterismo por excelencia? O, para ir al grano, ¿por qué los hipsters no quieren ser hipsters? Esto es algo que puede dar para mucha literatura también.

En fin, que me he puesto a «verborrear» y voy a tener que acabar el post sin profundizar en lo que yo quería. Así que he cambiado el título del principio y lo voy a usar en el el otro post que hablará del momento en el que el arte se posiciona política y socialmente. O al menos reivindica algo. En la Rockdelux de la que os hablo aparecían artículos-entrevistas-reportajes sobre The Knife, Pony Bravo, The Durruti column, Meshell Ndegeocello, Fermín Muguruza o Tachenko, por poner solo algunos ejemplos. Todos estos grupos se posicionaban de alguna manera, en esto de la reivindicación. Hoy he participado en un  hangout con Manel, un grupo que me gusta mucho, que ha organizado la publicación Playgroundmag y les he hecho esa pregunta. Siempre dejan claro más o menos lo que me han respondido. Que se puede hacer, pero que no es obligatorio. Posicionarse, claro. Y no digo yo que lo sea, pero ¿por qué algunos grupos se ponen a la defensiva cuando se les pregunta por este tema? Expresar es muy amplio, no hay que hacer canción protesta para mojarse con algo. Y aprovechando esta frase, recomiendo una publicación musical que merece mucho la pena y tiene todo el sentido del mundo, Musicotrópico.

Segunda y tercera parte le queda a este tema, pero… resumiendo. ¿Postureo y hipsterismo? Claro que sí, todo en su justa medida está muy bien. A todos nos gusta ir a la última o hablar de cosas que están en el candelero en ese momento. ¿Ir hecho una calcamonia y que no nos falte ni un detalle en complementos o grupos en el iPod? Pues mira, en eso no estoy de acuerdo. El plastiquete en exceso sabe a eso, a superficial. Un poco de personalidad se agradece. En todos los aspectos de la vida. Y tercero, para despedirme. ¿El arte actual y más aun, la música hipster, tienen que estar desvinculados de un mensaje para molar más? Pues este tema me interesa y me gustaría desgranarlo poco a poco. Y ya os contaré más cosas con las que relaciono este tema. Pero ahora, voy a terminar este post de manera un poco brusca y sin decir nada para irme a la cama… a posturear también, ¡a mi manera!

meme hipster

Desafinada

Llevo algunos días, semanas incluso, con un pellizco dentro. Y todo parece seguir un orden en esta vida, excepto por el meteorito ruso y algunas cosas más… Veamos… Ah, sí, la crisis económica, pero sobre todo de valores que asola al mundo entero. Bueno, bueno… no voy volver con la misma cantinela. Entendedme cuando digo que todo sigue un ritmo natural, pues el día sigue despertándose, (en el sitio donde vivo a veces no sale el sol, por eso me parecía muy osada la expresión el sol sigue saliendo), la ciudad se pone en marcha bien temprano… El arco normal de mañana, tarde, noche se sigue sucediendo. Y sin embargo, mi pellizco sigue creciendo dentro de mí.

Ilustración de Clare Rojas
Ilustración de Clare Rojas

Cada persona tiene un escape, alguna actividad que nos ayuda a desfogarnos, descargarnos de malos rollos, quedarnos más ligeros después de unas buenas risas, un necesario lloro o incluso un momento de estar en blanco con uno mismo, que también ayuda. Hace un rato lo hablaba con mi amigo Chiqui Carabante. Hay actividades muy vocacionales, pasiones que se convierten en el núcleo central de tu vida y por las que, si no sientes verdadera pasión, de esta que no pide estar recompensada económicamente, porque las vas a hacer igualmente, no tendrían sentido. De hecho, si no fueran realmente vocacionales, son duras y rudas «nivel» que la gente pueda mirarte con cara de «estás totalmente ido de la chaveta». El cine es una de estas actividades. Por cierto, aprovecho este post para recomendar toda la filmografía de Chiqui. Si tenéis un nudo en el estómago, al ver las maravillas que ha hecho, seguro que os sentís mucho mejor. Os aseguro buenas historias, risas, lloros, reflexiones y estímulos, muchos. No es porque sea mi amigo, ¡soy fan de su trabajo antes que amiga suya!

Cartel 12+1. Una comedia metafísica
Fotograma y cartel de la última película de Chiqui Carabante. Cartel 12+1. Una comedia metafísica

Nudos internos que se van haciendo enormes y no puedes parar. Que te invaden, te ocupan sin permiso y ya no puedes echar tan fácilmente. Ya sabéis que soy bastante fiel a las redes sociales, que yo digo que es mi trabajo y aun no tengo mucho futuro laboral, pero que mientras tanto me enseñan y me hacen conocer a gente muy interesante. En relación a esto, os pongo una cita genial que habla de este tipo de situaciones y que hace unos días compartía mi amigo Iván Rotella por Facebook, por cierto magnífico sexólogo al igual que su compañera Ana Fernández Alonso, ambos de Avilés, aquí más info sobre su perfil profesional. Y aquí va la cita: “Permitir que penetre en la mente un pensamiento triste o negativo es tan peligroso como dejar que entre en el cuerpo un microbio de escarlatina. Y si se permite que allí se quede una vez dentro, es posible que no nos podamos deshacer de él en la vida… Cosas mucho más extraordinarias le pueden suceder a quien, cuando le viene a la mente un pensamiento desagradable o descorazonador, tiene el buen juicio de acordarse a tiempo y expulsarlo, poniendo en su lugar otro pensamiento grato y decididamente valeroso; y es que no puede haber dos cosas en un mismo lugar: Donde haya una rosa, hijo mío, no crecerán villanos.” (Frances Hodgson Burnett).

Al final y aunque sea en lo más profundo de nuestro interior, todos sabemos qué nos pasa, qué está provocando ese nudo o, al menos, tenemos una ligera intuición de qué puede ser. No sé cuál es tu nudo, pero sé que la frase que Iván posteaba se nos puede aplicar a todos. Tenemos miles de pensamientos positivos y cosas que dan color a nuestra vida, pero en un momento determinado decidimos prestar más atención a esas dos o tres cosas oscuras que nos preocupan y darles vueltas y hacerlas grandes y poderosas. ¿No será que al final nos desequilibramos?, ¿no será que al final nos desafinamos? Pues sí, andaba yo desafinada estos días y mucho. Con una sensación de tener que gritar e incluso tener saltar para volver a equilibrarme.

Fotografía de Sandra Lara
Fotografía de la artista malagueña Sandra Lara http://www.flickr.com/photos/cambiodefractal

La vocación de Chiqui es el cine, actividad que ha sabido hacer su vida también. La mía la escritura, la comunicación y la gestión cultural. Pues bien, nunca viene mal recordar que mientras haya pasiones, seguiremos vivos muy vivos. Entendedme con esta expresión, no vivos de mentirijilla, sino de los disfrutones de verdad. Escribir este post me ha ayudado mucho a volver a afinarme. Y eso que el sol no tiene mucha pinta de visitar la ciudad hoy. Aun así, como siempre digo, «si no sale el sol, habrá que ir a buscarlo». ¡Buena afinación tengan ustedes!

 

Yo también me voy. Emigro

Llevo dándole vueltas a esta idea casi dos años. Primero vino la amenaza de crisis, pero como muchos teníamos un trabajo que nos gustaba y con el que nos sentíamos realizados, no nos vimos en la cuerda floja. Luego llegaron los casos cercanos de despido. Amigos, familiares de amigos y, lo peor, familiares directos, muy directos que empezaban a moverse en el desequilibrio del que este país comenzaba a ser preso. Y un buen día te llega a ti el turno, te comunican tu despido y tú, que eres optimista por naturaleza, lo ves como un nuevo punto de partida, como un nuevo horizonte de posibilidades. Van pasando los años y compruebas, que a pesar de intentar ver el vaso medio lleno siempre, no hay oportunidades de trabajo y tu país se está yendo al garete a pasos agigantados. Así que reflexionas y decides salir de tu país para buscar nuevas posibilidades e intentar vislumbrar un futuro mejor.

Lo vas retrasando porque primero te dices a ti misma, «vamos a probar suerte en otra ciudad de España», porque quizá suene la flauta en tu ciudad o porque no tienes ni idea, mirando en un mapa mundi, de cuál, entre todas las posibilidades del planeta tierra, será el mejor destino para comenzar una vida nueva. «No te vayas a Berlín, que es un nido de españoles y no hay posibilidades ya», «pues Berlín te va a encantar y yo creo que es tu ciudad», «vete a Inglaterra, que hay mil españoles y vas a tener más posibilidades», «Inglaterra no es tan fácil como lo pintan, cuidado», «Australia es un país de oportunidades», «yo pasaría de las Antípodas porque es muy difícil conseguirlo». Y así hasta 10.000 frases hechas con su positivo y su negativo de lo que el inmenso y misterioso extranjero te puede deparar.

Y un buen día lo decides y te lanzas de pleno comprando un billete de avión. Sin saber cuáles van a ser tus posibilidades, pero con muchas ganas, que es lo que siempre te han dicho que hace falta a la hora de comenzar algo. Tú ten objetivos y ponle ganas, que lo demás vendrá rodado. Y comienzas a encontrarte a gente por tu ciudad y te vas dando cuenta de que no eres un caso aislado, «yo también me voy». Y reflexionas y haces recuento de las muchas veces que has leído el mismo estado de Facebook en los últimos meses. «Yo también me voy» es el nuevo estado de este país. O yo también me fui hace unos meses, los más adelantados, hace unos años. Y el yo también estoy planeándolo todo para irme está en la mayoría de las cabezas de gente más joven y también de gente con más experiencia que no encuentra solución en esta «España, mi querida España, esta España nuestra…».

Fotografía de Carlos Preil
http://www.flickr.com/photos/carlospreil/

Sigues viendo atónita todos los días medidas sin sentido de un gobierno que intenta enmendar este país a través de miles de mentiras que lo hunden cada vez un poco más. De un gobierno que antepone privilegios para unos pocos y medidas impuestas por la troika a personas con necesidades vitales. Y te da vergüenza y mucha rabia. Y sientes que al irte abandonas la lucha, el activismo, tu porción de energía necesaria para levantarlo poco a poco. Observas a gente como tu amiga Miriam, que ha decidido quedarse y te ha explicado sus motivos. O tu amigo Javi que dice que no piensa ser mano de obra barata de Alemania y que se queda.

Y como ellos muchos y buenos amigos, toda la gente de La Casa Invisible, de IU Málaga, de la Coordinadora de Inmigrantes, la gente del Movimiento 15M y DRY… Colectivos y personas que van a seguir dando mucha caña por aquí. Os llevo dentro en mis pequeños y prudentes pasos futuros, como inspiración de la energía y fuerza que os caracteriza.

 

Esta es mi decisión. Yo también me voy. Emigro. Espero que me sirva en crecimiento, experiencia y aprendizaje. Espero encontrar alguna posibilidad digna que sencillamente me dé para vivir. Espero curar las heridas que se te abren cuando te sientes rechazada en tu país al ir viendo viendo atónita que la cultura o los medios de comunicación, tu terreno profesional, solo tienen estas salidas en España: recortes masivos, precariedad absoluta, despidos improcedentes o censura/manipulación informativa. Pero confío en los compas que continúan dando caña con medios libres y comunitarios como Radio Vallekas u Onda Color.

Esto no es una despedida y aquí no hay tristeza. Solo quiero mandar mucha fuerza y energía a toda la gente que se queda y que está pasando por un momento difícil. A toda mi gente que va a continuar luchando y llenando de aire combativo, de libertad y verdad a este país. A todo ese tejido humano que sigue y seguirá llenando de dignidad a esta España podrida y corrompida por una clase política y financiera que nos ha arrebatado los derechos por los que hemos luchado durante siglos, pero no las ganas de seguir adelante. A los mayores que ya están cansados, pero que van a dar otro apretón y no se van a rendir y a los jóvenes que vienen con un raudal increíble de energía nueva y llena de esperanza. A los que llevan militando y siendo activistas décadas y a los que acaban de empezar porque no están de acuerdo con lo que se les está imponiendo. A mareas verdes, blancas, naranjas, negras… Estudiantes y profesores. Trabajadores y trabajadoras. Madres, padres e hijos. Abuelos y abuelas. A mi generación, supuestamente la mejor formada de nuestra historia. A mis amigos, mis padres, hermano y hermana, tíos y tías, primos y primas y a toda mi familia. Sois mi referente y estoy orgullosísima de todos y todas.

Y que esto no se para, que seguimos en marcha buscándonos las habichuelas, como dicen en mi pueblo, y hacia un mundo mejor para todos y todas.

Fotografía de Virginia Rota
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You can’t stop the waves, but you can learn to surf

Nada más que añadir a este titular que seguramente habríais leído antes o escuchado y que no revela nada, pero ayuda tanto…

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Seguramente las olas no desaparecerán. Las adversidades. Los malos momentos. Las puertas cerradas. Los vasos medio vacíos. Las despedidas. Los días grises. Las negativas. Las malas noticias. Las injusticias. Las zancadillas. Sabes que no van a desaparecer. Pero cuánto más pienses en ellas, más te absorberá el agujero negro de las adversidades.

No puedes parar las olas, pero puedes aprender a sufearlas… ¿Y para qué añadir más a esta frase?

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Espero que pronto estés en la cresta de tu ola y te mantengas ahí todo el tiempo posible. A veces todas las respuestas están dentro de nosotros mismos.

Lo moderno con el tiempo será clásico. Las Buhoneras

 

Creo que no hay mejor frase para definir el estilo de estas dos artistas venezolanas afincadas en Málaga, «Lo moderno con el tiempo será clásico». Paula Villegas e Isabella de Haro transforman objetos cotidianos en piezas de arte y nos los devuelven a la mirada transformados en algo especial. ¿Cómo no te había visto antes por aquí?

 

Y es que, como ellas mismas dicen, «Las Buhoneras surgen de la necesidad de ampliar el mercado de arte a objetos de gran valor artístico, pero que tal vez no encuentran su sitio en exposiciones o galerías. Objetos encontrados, abandonados por otras personas en la calle, o escondidas en tiendas de chinos, los cuales para nosotras son pequeños tesoritos»… ¡No disimules! Tú, que eres de los que siempre buscan en mercadillos hasta en el último rincón por si aparece una de esas maravillas preciosas y baratísimas en las que nadie ha reparado. Tú, que te pasas las horas muertas rebuscando en baratillos y bazares varios y siempre consigues que no te falte detalle, ir a la última, que no ser un clon de la moda, y al mejor precio. Tú, querido o querida, eres una buhonera.

Irreverentes, atrevidas, freshhhhquísimas, elocuentes, originales, auténticas… No hay collage, postal, objeto de decoración o complemento que se les resista. Hace tiempo que el panorama estaba sumergido en una nube gris y vienen cargadas de purpurina y colores neón. Ellas son Las Buhoneras y han venido para quedarse y cambiar con su particular punto de vista todo lo que hasta ahora se establecía como moderno, cool o hype. Ellas no se guían por iconos prefabricados a lo Lana del Rey, ellas ponen de moda el estilo Carmen Miranda 70 años después y se quedan tan panchas.

Por todo ello, solo puedo gritar una cosa: BUHONERAS RULES!

http://www.facebook.com/lasbuhoneras

No sé bailar sin poner morritos

Tienes que saber que nunca fui a clases donde enseñaran pasos perfectamente coreografiados. Aunque mi madre me insistió mucho, supongo que para sacarme de mi ensimismamiento natural. Preferí los vinilos de mi padre en la soledad de la buhardilla de casa. Los bailes improvisados con cualquier objeto que hiciera de micrófono, casi siempre el cepillo de limpiar los propios vinilos.  Suena a novela y a invento, pero es verdad. Yo era una empollona de gafas enormes y dientes torcidos que leía compulsivamente y estaba enganchada a discos que no seguían línea coherente ni en tiempo ni en género. De los Panchos a los Beatles. De Tracy Chapman a Renato Carosone. De Ben E. King a Tina Turner. De Joaquín Sabina a Stevie Wonder.

Tampoco elegí de manera premeditada todos mis pasos académicos y profesionales según salida laboral y mejor futuro para tener una estabilidad de cualquier tipo (no me refiero solo a la económica). ¡Que no! ¡Que lo que importa es ser feliz y yo quiero escribir y hacer radio y ser una periodista muy comprometida!

Lo que se llama estar empanada, aunque con la que está cayendo, no sé qué es lo que me salvaría del paro. No sé si te vas haciendo una idea de lo que te quiero decir. Mira que luego vienen los malentendidos y las malas impresiones tras la primera cita. Que siempre he sido un poco así, vamos… como el del vídeo.

Esto te configura de una manera determinada en tu existencia, es así. Hoy leía en un link que un amigo ha recomendado por Facebook que la vida es un borrador, que no se puede editar. Seguro que os habéis hecho esta pregunta más de una vez, y más con la que está cayendo. ¿Tú qué eres de las personas que lo tienen todo calculado y claro en la vida y han diseñado una cronología a seguir con unos objetivos firmes o de las que han preferido vivir al día y han ido improvisando según le hayan ido viniendo las cosas? Pues vaya pregunta dirás, como si fuera tan fácil elegir a veces, como si existiesen solo los extremos, como si yo lo supiera, dirán otros…

Yo tampoco sé muy bien en qué posición estoy ahora. Sí sé que, como en la canción, que quiero morir con la mano en el corazón, descubrir mi libertad y amor, buen humor y diversión. Y quizá siempre he puesto por encima de todo la coherencia de mis pasos con mis principios. Vale, quizá soy más de las segundas que de las primeras de tenerlo todo clarísimamente planificado, no puedo mentirte.

Solo puedo decirte que soy de esa clase de personas que no saben bailar sin poner morritos.

Especial dedicación a mis HP sonrientes 🙂