¿Hacer el ridículo o no hacer nada?

Aun recuerdo uno de mis primeros miedos. Era muy pequeña y al abrir un libro solo veía letras que no entendía. Mi yaya Leonor me tranquilizaba y me decía que era normal, que aun no tenía la edad, pero que pronto iría al cole y aprendería a leer e incluso me apasionaría entrar en aquellas historias que los libros guardaban para mí. ¡Cuánta razón tenía y cuántas veces me he acordado de ese momento! Cuántas veces sigo echándola de menos ahora que ya no está… Nuestras conversaciones, nuestros momentos de abuela-nieta.

Las inseguridades y la impaciencia siempre me han acompañado, creo que juntas muchas veces pueden ser un cóctel explosivo. Tú quieres hacer las cosas bien desde el principio y resulta que no, que todo tiene un aprendizaje. O tal vez, en ocasiones, no quieres hacer el ridículo y te quedas ahí apartada viendo la vida pasar. Claro que, después de unos años de batacazos me dí cuenta de que esto de vivir no iba así. Era mucho mejor tirarse a la piscina y al menos hacerlo y equivocarte a no hacer nada y no tener esa experiencia/conocimiento. Pero empezar, hacer algo, no quedarse ensimismada, boquiabierta, petrificada… ya me entiendes.

Cuando tenía 6 años mi mejor amigo se llamaba Mario y era, posiblemente, lo que podíamos llamar el macarra de clase. Yo no tenía nada que ver con esas niñas de faldas blancas y celestes, pelos lacios y estuches con todo tipo de colores perfectamente alineados. Yo era… otro tipo de niña, dejémoslo ahí. Hacer canalladas con mi amigo el malote era mucho más fácil que intentar hablar con ellas para ser de su grupo, ya sabéis. Hasta que un día me atreví a sentarme al lado de una, le pedí prestados sus maravillosos Plastidecor para colorear un dibujo y ¡glups! Olvidé que además de impaciente e insegura siempre he sido tremendamente torpe, rompí por la mitad el color rosita. ¡Tragedia! Claro, nunca pude ser de este grupo de niñas, pero empecé a tener más amigos además de Mario, a socializar a la pequeña fierecilla que estaba hecha. Descubrí, claro, que no podía ser del grupo de las niñas populares, pero que tenía otras virtudes personales.

Aun así, no nos engañemos, los miedos siguen estando ahí. Y me encanta ese momento en el que después de sudores y bloqueos y ponerte roja llega el día en el que ese miedo se ha suavizado o quizá, con mucha suerte, se ha superado. Pero claro, nada es milagroso y, como decía Picasso, que la inspiración me pille trabajando. Basta de lamentos, ponte manos a la obra y enfréntate a ese miedo que te corroe. Te lo digo a ti, pero me lo estoy diciendo a mí principalmente. Hoy al leer el blog de mi querida hada madrina, Gaby Castellanos, me encontraba con este ejemplo de coraje que me ha puesto de muy buen humor.  Y que, por supuesto, sin remedio, me ha hecho acordarme de nuestro querido Napoleon Dynamite.

Pues eso, nuevos miedos, nuevos retos, pero, ¿qué es la vida si tienes la sensación de haberlo hecho ya todo en algún momento? Espero no experimentar esa sensación hasta que tenga 99 años por lo menos. Allá voy, a lanzarme a mis nuevos retos y a intentar que ningún miedo me frene.

Escuelita Sr. Burns. El social media es unir corazones

Ha pasado algún tiempo desde que escribí esta entrada. Pensé que la había perdido y me dije a mí misma, tienes que sacar un hueco para escribir sobre tus rarunos y rarunas. Y el otro día, revisando mis carpetas apareció. El verano en cierto modo es un poco como el final de año y una hace repaso de lo mejor y lo peor del curso. Sin duda una de las mejores cosas de mi 2012 fue Escuelita Sr. Burns, la primera promoción de The Social Media School de Gaby Castellanos y sus rarunos y rarunas de Sr. Burns.

Hace unos meses, justo cuando estaba empezando a tener la misma adicción por Twitter que por Spotify y cuando pensaba que nunca superaría a Facebook… ¡ay, qué tiempos aquellos! Allá por diciembre leí un tuit que anunciaba la primera escuela de Social Media impartida por la agencia Sr. Burns. Los que me conocéis adivinaréis que me latió el corazón muy rápido y que, con mi impaciencia habitual, empecé a leer sobre todo lo publicado hasta el momento y que tuviera que ver con ese tuit. Gaby Castellanos, nada más y nada menos, y su equipo de Sr. Burns, nada más y nada menos, estaban organizando su primera escuela sobre Social Media.

Le habían puesto cariñosamente Escuelita Sr. Burns, habían abierto un HT en Twitter con el mismo nombre y era totalmente gratuita. Para entrar tenías que ser desempleado y hacer mucho ruido, demostrar que querías entrar con ganas y currártelo, hablando en analógico. Y pensé, ¡Es que cumplo todos los requisitos! Yo quiero estar ahí y voy a ponerle tantas ganas que si no entro, por lo menos quiero sentirme orgullosa de mí misma y pensar que hice todo lo que estuvo en mi mano. ¿Sabéis esa sensación que digo?, ¡qué bien se siente una cuando se deja todas las ganas en algo!

Hice cosas que van mucho con mi personalidad normal, no quería engañarlos, quería que si se enamoraban de mí lo hicieran con todas sus consecuencias, que luego vienen los divorcios y las madres mías… 😉 Así que entre mis acciones ruidosas estaban el blog de mi alter ego, la Raruna de Pueblo o esta cita que os muestro abajo, súper vídeo de mi amigo Rakesh B. Narwani, en la que quedaba con algunos de mis millones de amigos y me cortaban la melena de rastas que me llegaba la cintura en un streaming, (muy emocionante, por cierto) con intervenciones de gente que no conocía de nada y la colaboración especial de mi madre, of course. 🙂

¡Ay, dios! Cómo me enrollo, ¡con todo lo que me queda por contar! Pero venga, os lo resumo mejor. Para poneros en situación quiero que os pongáis esta banda sonora de fondo. Imaginadme a mí así cuando, tras algunas fases, salió publicado en Facebook que ¡¡ESTABA DENTRO!!

 Muchos de compañeros y compañeras que dieron todo en sus campañas por entrar también se quedaron fuera y me dio mucha pena.Prometí informarles con detalle de cada clase, pero no lo hice, me resultó imposible. Al igual que ahora no os puedo hacer un resumen a vosotros. Sé que pensaréis, eres comunicadora, claro que puedes. Podría, pero… ¿sabéis esa sensación que te queda cuando visitas un lugar muy bello y tu recuerdo lo asocia con un perfume, una postal o un sabor? ¿O cuando vives algo muy mágico con alguien y cierras los ojos y revives momentos asociados al tacto, al gusto o al oído? ¡¿Qué difícil transmitir eso, verdad!?

Escuelita Sr. Burns fueron dos meses de hacer locuras offline y online y conectar con gente con tus mismos objetivos. Conseguir ser TT un día. Que todos tus amigos de todas las redes sociales, hasta los que no te conocen en persona, te animen, te pregunten y te apoyen a diario. Nuevos amigos a los que, en algunos casos, he desvirtualizado, a otros aun no, pero sé que están ahí. Pero sobre todo, Escuelita Sr. Burns han sido 19 rarunos y rarunas, los mejores 16 profes y profas y una jefaza que se me han quedado incrustados en el corazoncito y que me han enseñado y aportado más de lo que he podido expresarles. Social Media en estado puro, todavía estoy en shock. Cuando nos despedimos, cuando la escuelita clausuró sus clases, yo que soy de decirlo todo, me quedé mudita. Pero aquí os dejo un vídeo divertido que hicimos parodiando el de Loewe.

No puedo estar más agradecida de que mis primeras clases de Social Media hayan sido con Gaby Castellanos y su equipo. Actualmente nos quieren vender la moto por todas partes diciendo que ser Community Manager es la profesión del futuro y nos pretenden cobrar precios abusivos por conocimientos a los que nosotros mismos podemos acceder por la red o que son obvios y quedan claros con el uso de las herramientas sociales. Escuelita Sr. Burns ha ido al corazón del Social Media y no ha tenido nada que ver con estos famosos máster abusivos. 

Estas clases fueron mucho más allá, fueron una esencia, un germen de algo más grande. Un comprender que Social Media no solo es ser Community Manager y que puede ser una profesión maravillosa, pero que es muy sacrificada y abarca una gran responsabilidad. Como comunicadora de profesión y «persona que pretende poner su grano de arena para hacer este mundo mejor» de vocación, creo que, si se usa bien, el Social Media nos puede servir para educar y devolver valores a la sociedad. Las redes son nuestros propios medios de comunicación, nos expresamos mediante ellos. También nos hacen estar mejor relacionados con marcas y con proyectos de instituciones y empresas. Mediante sus redes nos informamos y podemos tener un feedback con estas.

Para los que penséis que lo mío es de juzgado de guardia, os gustará saber que cuando Gaby Castellanos me preguntó por qué quería entrar en la Escuelita, aludí precisamente a esto, a la posibilidad de transmitir valores y un paso más para cambiar este mundo en crisis en general. No mencioné nada relacionado con el trabajo de una agencia de publicidad, ni la creatividad… Mi madre pensará, hija mía, que antes que salvar el mundo necesitas un trabajo. Sí, mamá, yo también lo pienso.

Escuelita Sr. Burns me enseñó cosas tangibles e intangibles y, aunque yo ya lo sabía, me demostró que se trata de una profesión muy seria para la que existen múltiples perfiles. Estoy convencida de que, si se usan bien, las redes sociales pueden de verdad ayudar a evolucionar, a educar, al cambio constructivo y positivo. Pero es un terreno pantanoso en el que todo el mundo está dispuesto a venderte un título de miles de euros. Gaby Castellanos y su equipo nos enseñaron a que la conexión y la empatía son fundamentales. Hay cosas que no se aprenden. Para saber más claves sobre esto os recomiendo el blog de la jefaza.

Ya sé qué quiero ser de mayor (jijiji, esa frase es válida para toda la vida, ¿qué pasa?). Al despedirnos, Gaby, a la que he bautizado como mi hada madrina, nos dijo a cada uno cuáles eran nuestras mayores cualidades para seguir potenciándolas y nos soltó una advertencia: «Esta es una de las profesiones más sacrificada del mundo porque se trabaja 24 horas al día, 7 días a la semana, pero si se os da bien, es la profesión más hermosa del mundo». Yo lo resumí así, EL SOCIAL MEDIA ES UNIR CORAZONES 🙂

Aquí os dejo fotos de todos nosotros en clase. ¡¡Los rarunos y las rarunas de la primera promoción de Escuelita Sr. Burns!!

Poc a poc

Un sábado noche en el lugar donde naciste puede resultar a veces muy evocador y reflexivo. Y no hablo de fustigamientos ni dramas humanos copiados de películas yanquis, no. Me refiero al momento en el que uno llega después de algunos años y en el silencio se plantea unas cuantas decenas de cosas. Este es el diálogo de una misma con el lugar al que pertenece, aunque ya no se trate del mismo lugar que dejó hace una década. ¿Qué sigue habiendo de la que yo era hace unos años entre estas paredes?

Hace unas hora le he dicho a mi madre que no la acompañaba ni a ella, ni a mi padre ni a mi yayo a un campeonato de kick boxing. La verdad es que no soy muy aficionada yo a este tipo de espectáculos. Aunque ir con ellos hubiesen sido unas risas aseguradas. Luego mi hermano me ha dicho que iba a una discoteca de Almería muy chula, El Chamán, a un concierto de Canteca de Macao, que tampoco es mi estilo, pero por estar con mi hermano, su pareja y mis primos… Hubiese merecido la pena. Yo que hace unos días estuve a punto de convencerle para que se viniera conmigo al FIB. ¿Modernos que hacen música rara? Él que escucha techno y electrónica se lo pensó muy seriamente. ¡Puede ser una aventura! Pero, aunque yo misma me haya asombrado de la variedad de planes en un lugar donde hace mucho que no vivo un sábado por la noche, finalmente me he quedado sola en casa, bueno, con los cuatro perros XDD con el ordenador y una conversación con una buena amiga por whatsapp.

Ahora pienso que ya me vale, que podría haber compartido un concierto y una fiesta con mi hermano. Al que casi no veo por circunstancias de la vida y diferentes lugares de residencia. Por eso no lo menciono mucho en redes sociales, en este blog o cuando hablo con mis amigos… pero al que quiero con locura.

Hoy en la radio, en un programa sobre cine, la presentadora ha comenzado hablando de una conversación que tuvo con una amiga que le decía que estaba perdida. ¡Ay! ¡Cuántas veces se está repitiendo esa frase estos días, estos meses, estos años! Y aunque no tengamos una solución sólida, cuánto se agradece repetirla muchas veces, saber que hay más gente que lo siente también y encontrar un hombro, unos oídos y más ojos para compartir contigo. No es que estemos locos, es que el mundo se está volviendo loco.

Ahora mismo estoy en un laberinto con miles de salidas posibles; en un lienzo en blanco con infinitos óleos por pintar; en una película basada en la improvisación en la que aun el director no sabe cómo acabará todo, pero disfruta del proceso experimentando con sus actores… Estoy viviendo, amigos, y a veces los miedos nos pueden. Pero, aunque muy poco a poco, siento que avanzo y doy pasos. Gracias a ti que sabes quien eres por hacer que el poc a poc sea una terapia bastante satisfactoria y útil. Gracias a toda mi familia por volcarse conmigo siempre.

Mucho me estoy indignando estos días, como todo el mundo, por las medidas tomadas por nuestro actual gobierno. No voy a hablar de eso ahora. Pero sí de algo, es difícil saber qué es lo que quieres acabar haciendo en la vida, qué quieres experimentar, qué cosas no te quieres perder… No te las calles, no las oprimas dentro… Escúchate y date tiempo hasta saber de qué se trata. Y si ya lo tienes ahí, ¡sácalo!

Aquí os dejo el último post de Gaby Castellanos, mi hada madrina, que incluye un corto de 15 minutos muy bello y unas reflexiones con las que os vais a sentir muy identificados. Espero que os guste, que lo disfrutéis y que saquéis algo de aquí. De todo se saca siempre algo, ¿verdad?

P.D. Aprovechad el tiempo y no dejéis que la pereza os pueda! Yo con mi poc a poc de ir haciendo las cosas no he salido hoy con mi hermano, pero pienso tirarme casi todo el día de mañana con él. No os arrepintáis de las cosas que no habéis hecho. ¡NUNCA!

Para ser cool lo importante es no querer ser cool

Que sí, que sí… Que esto es una verdad universal. Es igual que hacer que alguien no te gusta o pasar de esa persona para llamar su atención, camelártela y volverla loquita. El famoso menos es más. La indiferencia ante el enemigo, que duele más que ciertos ataques. Obviedades universales que siempre nos parecieron chorradas y ¡FUNCIONAN!

Igualito que el cuadro de Magritte de la pipa. Que esto no es una pipa, chavales, que es un cuadro.

Pues lo mismito nos quiere decir Daniel Córdoba-Mendiola en su libro Coolhunting. Una joyita editada en 2009 que nos habla del complicado entramado de las tendencias. ¿Cuándo se convierte algo en cool?, ¿cómo pueden usar este fenómeno las marcas para beneficiarse de ello en sus ventas?, ¿cómo puedo molar y ser un referente para mis amigos?, ¿cómo puedo poner algo de moda?, ¿en qué ciudades o barrios se encuentra este hervidero de sensaciones hypes para poder acercarme y cazarlas sin piedad? Como dice mi amigo Javier Moral, el responsable de que me haya leído este libro, no hay un secreto para ninguna de estas preguntas. Javi y yo lo relacionamos directamente con el tema que más me interesa en este momento, el Social Media. Y no, no hay ninguna fórmula mágica para asegurarnos la gallina de los huevos de oro con nuestra marca en las redes sociales. Aunque en Sr. Burns, especialmente mi madrina Gaby Castellanos, me han enseñado muchas fórmulas para hacerlo bien y hablar con propiedad cuando se trata de Social Media. Daniel Córdoba-Mendiola nos explica la cadena del fenómeno cool. Hay alguien que sin darse cuenta hace que algo mola mucho, por ejemplo ponerle unas orejas a su gorro de lana y luego están los que se dan cuenta de las posibilidades de esta nueva invención, que no es más que una combinación de mil referentes anteriores de otras décadas. Después de que ese alguien haga de altavoz, otras personas se encargarán de cazar esta tendencia y lanzarla al mainstream para que cadenas gigantescas como Inditex nos la acerquen al público masivo. La hacen accesible y asequible. Pura copia. Las tendencias son cazadas. Los que tienen alto poder adquisitivo las podrán lucir directamente de una marca de alta costura. Los demás tendremos que conformarnos con Zara, Primark, H&M y otras chicas del montón.

Daniel también habla de nuestras dos vidas, la real y la virtual. Cada vez es más difícil encontrar a alguien que no tenga perfiles varios en las redes sociales de moda: Facebook, Twitter, Pinterest, Foursqure, Path, Linkedin… Es como cuando antes la gente se resistía a tener un móvil. Yo soy muy old school y esta modernez no va conmigo. La cuestión no es quedar absorbido por esta vida 2.0, pero sí encontrar un equilibrio.

La cuestión es que es fundamental que estemos presentes con nuestra marca en las redes sociales. Como dice Daniel Córdoba-Mendiola en uno de los capítulos de Coolhunting, «¿Cómo que no está en Internet? Internet es cool. Es el espacio donde el mundo cool se desarrolla y se comunica. Es el sitio donde se compra, se compara, se busca, se habla, se relaciona, se pagan impuestos… Es la puerta, la ventana, el pasillo y la sala de estar del mundo. Es acceso y contenido, es forma y función, continente y contenido a la vez». Y lo compara con lo que era la radio para su bisabuela y la televisión para su abuela. Cuántas veces hemos asistido a este discurso de gente cercana, «es verdad, lo han dicho en la tele». Como cuando éramos pequeños y nos lo decía nuestra seño. Si lo decía ella tenía que ser verdad, verdadera.

Todas estas reflexiones en voz alta son capas superficiales de mi lectura de Coolhunting. Por algo Daniel Córdoba-Mendiola es uno de los analistas de tendencias más importantes de nuestro país, muestra de ello es The Hunter, su consultora especializada en investigación y análisis de tendencias de consumo. Su libro es obligatorio para analizar todos los cambios a los que estamos sujetos en esta sociedad de sobreinformación o, por lo menos, para intentar encontrar y entender algunas de las claves.

Mi conclusión es que no hay una fórmula milagrosa para nada y que como decía Picasso, que la inspiración nos pille trabajando. Pero también creo que las herramientas están para usarlas y exprimirlas de manera positiva. Que siempre hay referentes y tenemos que investigar y conocerlos, estar informados es básico entre tanto mar de conocimiento. Y lo demás ya vendrá, ¡o no!

Lo dicho, el secreto para ser cool es no buscar ser cool. Como para todo en la vida. ¡Hay que ser auténticos, babies!

P.D. Sugerencia musical que viene al pelo de la mano de Carlos Van Gestel http://losteleplasticos.bandcamp.com/track/moderneo

Te odio muchísimo es el nuevo me encantas. Ligoteo 2.0

Queridos todos. Llevo unas semanas a tope sin parar de atender trabajos y colaboraciones varias. Soy feliz con tanta actividad, pero tengo añoranza de saber de vosotros. He observado por las estadísticas que muchos y muchas seguís entrando y leyendo posts de la Sociedad Rueda, que es la mía y la vuestra. Y una sonrisa muy pava se dibuja en mi cara cuando observo esta participación, que es como agua en el desierto para mí. Así que, en solo 10 minutos, os quería hacer reír o por lo menos dibujar una sonrisa en vuestros rostros con mis ocurrencias absurdas. ¿No utilizáis esta coletilla como excusa, cuando os apetece soltar algo en una reunión o transmitirle a alguien un mensaje con cierta ambigüedad? Yo es que estoy desequilibrada y vivo en el caos emocional, no me hagas caso. Absurda perdida, ya ves… 🙂

Hoy, en una vorágine de mil cosas, me he querido despejar un poquito con un tema muy antiguo que me hace mucha gracia. ¿Os acordáis de ese famosos «los que se pelean se desean»? Me encanta descubrir y sentir en primera persona que todos los detalles, o casi todos, de nuestros momentos analógicos tienen un paralelismo con la 2.0.

Efectivamente… cuanto más nos importa algo, menos tardamos en joderlo. ¿Por qué somos así? Llega la primavera y las ciudades se llenan de gente guapa, más ligera de ropa (mi teoría será siempre que, cuanta menos ropa, más solecito y más calorcito, la gente estará siempre mucho más bella) y las hormonas se revolucionan.

Creo que el nuevo uso de las redes sociales para ligar no entiende de estaciones y estamos muy activos tanto en invierno, como en verano. Pero, ¡ay!, la primavera… ¿A vosotros no os revoluciona? Facebook, Twitter, Tuenti, Instagram, Pinterest, Whatsapp… son las nuevas cartas escritas a papel y boli, los nuevos e-mails, los nuevos chats de IRC o Messenger… Echa la vista todo lo atrás que quieras, siempre hubo algún soporte que te ayudó a ligotear, cotillear o husmear sobre la persona que te gustaba. Solo que esto de ahora es una mina y puedes enterarte de un sinfín de detalles antes de que te los cuente la otra persona. ¡No mintáis! Sé que no es lo ideal, pero todos cotilleamos en la red, todos usamos ese comodín en nuestra eterna puesta en guardia para salir triunfadores en esto de los escarceos amorosos y que no nos hieran… o por lo menos no mucho.

Efectivamente, Gaby Castellanos sabe mucho de esto y su serie de #Lavida2.0 es maravillosa para aplicar sentimientos a social media. Estoy preparando un post sobre ella y esta serie suya. Pero mientras, ¿decidme si no os habéis sentido identificados con estas palabras? Intentar manipular situaciones, darle a me gusta en Facebook a publicaciones de la persona que te gusta, hacer RT en Twitter, interactuar mediante menciones para ver su reacción, dejar entrever algo de manera poco clara para tener una respuesta y vislumbrar sus intenciones con respecto a ti… ¡Ay! Que eso es más viejo que el mear, como decía mi yaya. Y lo hacemos todos y luego nos hacemos los tontos…

¿Y qué pasa cuando en esa combinación de tiras y aflojas no lo ves claro y pasas en un momento primaveral de querer saberlo todo de una persona a jurar que pasas de ella porque no te responde tanto en redes sociales como a ti te gustaría? Pues justo eso, que gritas por dentro muy fuerte «te odio, te odio, te odio», aunque lo que más te gustaría del mundo sería ver a esa persona que te hace tilín y sin saludarla, agarrarle la cara y darle el beso más bestial de película que te imagines. ¡Viva la imaginación que hace de nuestra existencia una película mega-emocionante!

Pero en lugar de eso dejamos de enviar tuits, «laikear» en facebooks o enviamos whatsapps con alguna excusa que nada tenga que ver con los sentimientos. El antiguo «deja un día para responderle al sms» es el nuevo te he agregado a mi red social tras haberte conocido en un evento. Y Facebook es muy chivato para eso, o por lo menos lo era antes con mensajes del tipo «Juanita Banana y Juan Bananero son ahora amigas tras haber asistido ambos a la fiesta tropical de la primavera». ¡Chivato! Siempre hay un amigo o amiga cercana que nos consuela. Tranqui, no te ha contestado porque no lo habrá visto. Seguro que está a tope de curro. ¡Y una mierda! Que yo me sé los trucos de la 2.0, ¡como el doble check!

Lo dicho bonicos y bonicas, que pensaréis que se trata de una nueva forma de ligar, pero en realidad esto es tan antiguo como cuando le entregabas una nota a mano en clase al chico que te gustaba y seguimos repitiendo coreografías tengamos la tecnología que tengamos: te gusta alguien, te acercas y te haces el interesante, te rebotas si no te hacen caso y usas el famoso «menos es más», te propones olvidar a esa persona y al final, sin lograrlo, vuelves a acercarte a ver qué pasa, o no… O todo mezclado o según surja. Así que aprovechad estas nuevas herramientas y disfrutad de lo que viene siendo lo más placentero del mundo, el flirteo, el ligoteo y el compartir con la persona que te gusta lo que os apetezca a ambos. En la 2.0 o en analógico que es mucho mejor. ¡Viva la primavera!

Continuará esta saga del ligoteo 2.0…