¡Muérete! Déjate de pajaritos

En realidad el comentario decía así, copio y pego, «Muerete! Dejate de pajaritos que cuando lleves un año fuera tu casa se te va quitar las ganas de escribrir tonterias». 

Hace aproximadamente nueve meses anunciaba en este post que también me iba, que emigraba. No hace falta explicar la rutina de jóvenes y no jóvenes actual en España. Esta podría ser una historia, no es la mía personal, pero las hay a puñados, similares. Te quedas en el paro. No encuentras trabajo. Decides reciclarte y ser optimista. No hay suerte. Vuelves a la casa de tus padres, pero a veces tus padres están peor que tú y, un día, decides irte con lo puesto. Con una mano delante y otra detrás. La gente te dice que eres muy valiente, que vaya vergüenza de país y de clase política. Te dan ánimos y tú sonríes amable, pero en realidad estás cagada al máximo nivel escatológico. Hueles a caca y sabes que los demás la huelen también, pero quedarse ya no es una opción, hace mucho que dejó de serlo.

noria
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En mi caso personal, antes de irme, escribí este post para dar ánimos a la gente que se queda, porque si alguien cambiará las cosas algún día, serán ellos y ellas. Entre los comentarios que recibí estaba éste que he escrito más arriba. No lo publiqué porque me pareció muy agresivo. Porque si hubiese empezado la frase con el, déjate de pajaritos, habría entendido que de mi literatura sacaba en claro mi aire naive a veces hacia la realidad e intentaba con su comentario que despertara un poco. Como los padres cuando te avisan de que la vida no es Bambi. Pero no, directamente me ordenaba a morirme en la primera frase. Y porque, si lo publicaba y lo contestaba, tendría que haber respondido a esa persona y explicarle atentamente que no era mi caso el que exponía en su comentario, que llevo más de una década fuera de mi ciudad natal, de casa de mis padres y que ya me he buscado la vida anteriormente cambiando de ciudad, aunque esta sea mi primera vez cambiando de país. En fin, mucha explicación para una persona anónima, que ni siquiera había firmado con su nombre, mucha molestia. No lo hice, pero aun lo conservo en comentarios no publicados. Es el único comentario que no he aporbado en mi blog porque no me aportaba nada. Bien, hoy ha llegado el día de hacer caso a este comentario y de hacer un repaso de estos meses. Por eso respondo a esta persona y a las que igual pensaron como él o ella en su día, pero nunca lo materializaron. Hoy entiendo mucho mejor que nunca que la vida NO es caerle bien a todo el mundo, ni que el mundo en su globalidad redondita te caiga bien a ti, ¡menudo empacho sería!

I don't cre
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Siento haber empezado el post de una manera tan violenta, después de tanto tiempo sin escribir. No tengo claro que el silencio sea buen consejero, pero tengo muy claro que todo ocurre por algo y que, si nos escuchamos bien, con los años, aun sin comprenderlo del todo, nos iremos aproximando un poco más al «yo» que de verdad queremos ser. Es muy fácil escribir las cosas, pero un poco más indigesto es tragárselas y aplicarlas. Soy consciente. Ya sabéis eso de ir corriendo tan rápido que no ves la piedra y te pegas el batacazo. Yo era de aquellas niñas que tenían las rodillas, ambas a la vez, repletas de mercromina… ¡SIEMPRE! Para entrar en materia, os dejo con una de las canciones más mágicas que he escuchado últimamente, una delicia sonora desde Málaga. Es curioso, hablando de este grupo al que admiro bastante, Allfits, cómo encuentras más conexiones personales al escuchar su música, hecha en tu ciudad, cuando estás fuera de ella. Quizá se deba a su trayectoria de éxito por el norte de Europa y a las interferencias de paisajes comunes que tendrán sus canciones. Esta banda también da para un post aparte. Respect absoluto.

Pues bien, aun no ha pasado un año completo, sólo ocho meses y poco más, y ya puedo afirmar a ciencia cierta lo siguiente:

– Que no. No hay pajaritos. Aquí hay muchos cuervos y gaviotas. También hay patos de los que estamos acostumbrados a ver en España en los múltiples canales. Y unos patos con una sombra roja alrededor del ojo a los que llamamos patos zombies. También hay cisnes y ocas… Pero pajaritos de los de Disney que recogen la mesa mientras bailan y cantan al ritmo de la protagonista, la princesa que todo lo consigue, de esos no hay. Tampoco hay princesas ni príncipes, pero una vez vi un sapo en un parque.

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– Que es duro alejarse de la zona de confort, mucho. Y lo que me queda aun por descubrir y los batacazos anunciados que me tengo que dar… Aun tengo que asimilar cuál va a ser el giro que mi vida está dando actualmente. Sé que todos estamos en esas ahora. Que no tiramos la toalla y seguimos con la esperanza de vivir de lo que estudiamos, de nuestra verdadera pasión, pero que el 89% de posibilidades anuncia que quizá tengamos que combinarlo con trabajos de toda índole. Open your mind!

confort zone
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– Que no creo que nunca llegara a ser un «big fish» en un estanque pequeño. Pero que ahora, en este lago enorme soy un boquerón minúsculo que no habla el idioma de los demás tiburones que lo habitan.

big fish
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– Que descubres que cuando te mudas, todos tus miedos se siguen mudando contigo. Y que se potencia además viajando a un país donde corroboras que la crisis de valores de la que nos hablaba nuestro querido y siempre presente Sampedro está aun más vigente y enorme. Y tú sigues queriendo ser David contra Goliat. Pero hasta Sansón perdió su fuerza cuando le cortaron la melena. No quiero hablar en clave, pero tú me entiendes seguro.

miedo
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Pero, después de todos estos puntos anteriores desarrollados, intrínsecos en el comentario «muérete, déjate de pajaritos», que son negativos, también tengo que decir que no se me han quitado las ganas de escribir «tonterías» y que, de una manera muy positiva siempre, no echo de menos mi país ni a mi gente como si me fuera la vida en ello, es decir pienso en ellos, pero sigo mirando al horizonte porque sé que estoy perdida aquí y estaría perdida allí también y sin posibilidad de trabajo. He aprendido muchas cosas durante estos meses, pero también tengo la sensación de que podría haber aprovechado el tiempo mucho mejor. La valentía y el miedo a veces pueden ser muy buenos y cómplices amigos entre ellos.

to write
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En fin, no pretendo ahorrarme las sesiones que me hacen falta con un psicoterapeuta en este blog. Mi propósito de hoy es hablar de proyectos con los que te encuentras en horas bajas y te transmiten pasión, te hacen sentir viva, te dan ideas y ganas de colaborar y seguir dando guerra. Y, lo más importante, te hacen mirar hacia delante con optimismo. Proyectos que al fin y al cabo des-invisibilizan la pretensión de anularnos del poder para pasar a encontrarnos, conocernos y caminar juntas. Los quiero comentar brevemente con vosotros y vosotras, porque como dice mi amigo Andrés, «¡compartir es vivir!».

let's share
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Ethical Magazine

Ethical

Hace un año, una de las experiencias más positivas que encontré en mi paso fugaz por la ciudad de Madrid fue conocer a Paula González. Comunicadora y activista por los derechos de los animales. Incansable, trabajadora y siempre optimista. Paula es parte importante del santuario de animales El Hogar, donde además de ser voluntaria, se encarga de la labor de comunicación. La revista Ethical Magazine sigue esta línea editorial. Según se definen ellas mismos, este proyecto lo conforman «personas que creen en la igualdad de derechos, más allá de cualquier tipo de discriminación arbitraria de los individuos en función de su sexo, raza, especie, posición social o cualquier otra característica personal. Somos voluntarios y activistas que comparten determinados valores, los mismos valores que impulsan esta publicación y constituyen su razón de ser. Ethical Magazine es una iniciativa sin ánimo de lucro, que recurre a la autofinanciación para su mantenimiento y destina cualquier potencial beneficio a los habitantes del santuario de animales EL Hogar».

«Ethical Magazine nace con el propósito de mostrar que existen alternativas a una forma de vida basada en la explotación sistemática de los individuos, y de los propios recursos del planeta». Entre sus páginas virtuales encontraréis secciones muy variadas e interesantes: música, fotografía, cine, literatura, moda, alimentación, viajes, salud animal, activismo y mucho más. Creo que hay vocabulario de cabecera que sería importante repasar más a menudo, como si fuésemos niños de primaria que están aprendiendo sus primeras lecciones de pupitre, atentos, entusiasmados y proactivos. Ética, sin duda, estaría entre las primeras a re-masticar.

Reset

dale vida

Este mes de marzo, a través de mi amiga Carmen Lozano Bright, participamos en un hangout sobre experiencias participativas con el equipo de «15M: Málaga Despierta», documental colaborativo del que soy parte, y al que debo un post completo en este blog. Lo organizaba Think Commons, plataforma de pensamiento en red. «Un entorno transmedia que promueve el debate y genera conocimiento sobre procomún, creación colectiva, colaboración, cultura libre y open government». En el encuentro digital también estaba Alba Muñoz, la coordinadora de Reset (The Reset Project), un proyecto que me tocó directamente por dirigirse a profesionales de la comunicación precarios o en paro. Esa soy yo. La definición del proyecto me pareció alentadora y esperanzadora para comunicadoras que seguimos en activo, aunque sin trabajo ni plataformas donde publicar. Reset tiene dos objetivos simultáneos. En primer lugar es una revista impredecible porque «queremos hacer visible el trabajo de todas y todos aquellos profesionales que no están dentro de la industria mediática, pero que siguen trabajando, pensándola también. En este sentido, no exigimos trabajos de máxima actualidad, sino simplemente historias. Promovemos la flexibilidad formal, el espacio para la experimentación, el slow journalism y el carácter atemporal. No queremos hacer crecer la rueda de la precariedad, por eso tampoco reclamamos producciones inéditas. Se trata de crear un punto de unión». En segundo lugar es una Red-acción porque las autoras y autores de los contenidos son sus protagonistas y esto enlaza con su segundo objetivo: «creemos que la comunidad periodística está paralizada ante una crisis de los medios de comunicación que no sólo es económica, sino de sentido, valentía y creatividad. Queremos que Reset genere los cimientos necesarios para romper la competencia estéril por nutrir a los medios masivos (que nos precarizan y cada vez sentimos más lejos) en favor de la cooperación. Se tejerán redes entre nosotras y nosotros, quizá surja una conciencia –crítica– como colectivo profesional que nos ayudará a construir los medios, plataformas e iniciativas periodísticas del futuro. Para ello estamos desarrollando una herramienta que facilitará y ejecutará esas interacciones espontáneas y constructivas entre profesionales y ciudadanos y ciudadanas: la Red-Acción».

Por si no os ha quedado claro, os dejo con el vídeo que resume sus características fundamentales y filosofía de vida. Si eres periodista, no cometas un periocidio y ¡dale vida a tus historias inéditas con Reset!

Mapmakers

mapmakers

Otra de las mejores cosas de Madrid fue la Escuelita Sr. Burns. Y, entre los descubrimientos más preciados, uno de mis rarunos preferidos, Luis Ángel Mendaña del Río o Lugarzen, su nombre en Twitter. Además de ser ya un amigo de los que, da igual cuanto tiempo haga que no habláis, que con una tarde de Skype ya os ponéis al día y la distancia ni se nota, siempre que estoy de bajón o con alguna idea rondando por mi cabeza, me anima, me aconseja y me apoya. Ya nos lo hemos dicho muchas veces, que nos gusta rodearnos de personas despiertas, creativas, proactivas y con esa maravillosa manía de sonreír todo el rato. ¡Ese es Lugarzen! ¡¡Todo el mundo se emociona cuando habla de sus amigos!! Ya me centro.

Hace unas semanas, leía su primer post en un nuevo proyecto, Mapmakers. ¿Y quiénes son los Mapmakers? Unos seres que te invitan a que dibujes tu mapa personal poniendo todos los ingredientes que  quieras que tu aventura tenga. ¿Para qué esperar si tu vida es aquí y ahora? Por lo visto, algunos Mapmakers no saben que lo son y solo necesitan un empujoncito… ¿Te dejas empujar? Por lo pronto te invito a que te sumerjas en las muchas y variadas historias que los Mapmakers están tejiendo, redactando, construyendo, imaginando, cantando, silbando, susurrando… Hay tantas cosas positivas que contar y de tantas maneras diferentes, que ya es hora de que empieces a coger tus lápices de dibujar. «Los mapmakers son tan buenos dibujando mapas, porque saben cómo dibujar mapas cuando no existen caminos».

AA it’s me

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Ilustración de la artista malagueña La Princesita a Nuria

No conozco a Nuria personalmente. Me topé con su blog porque es de Málaga, mi ciudad adoptiva durante muchos años, donde están mis amigos y miles de recuerdos y cosas bonitas. Sí parece que tenemos a amigos comunes porque siempre comparten sus posts o los comentan. Y de esta forma, como Facebook es muy chivato, llegó a mis ojos su blog. Sólo hace falta leer una línea para que Nuria te transmita fuerza, vida, energía y un chute de optimismo, así de un plumazo y de golpe. ¡Como a mí me gusta! Así que es lógico que te enganches a su historia y no la sueltes hasta acabar de leer todo lo que ha publicado hasta ahora. A través de esta bitácora personal, su protagonista nos sitúa en su vida actual y nos cuenta sus aventuras por el mundo. Actualmente vive en Nueva Zelanda, pero en nada tiene planeado un viaje a La India con su chico. Ella se define como viajera, se nota que es lo que la hace sentir viva, viajar, compartir con la gente y descubrir nuevos paisajes y todo lo que esto conlleva. Dice que, aunque pensemos que es difícil por asociarlo al dinero, viajar es colgarse una mochila y tener ganas. Me recordó mucho a este documental que tengo tantas ganas de ver, precisamente porque su protagonista tiene el mismo don que tiene Nuria, te transmite ganas de vivir la vida a tope y sin esperar a mañana, empezando ahora. «No hay nada que tenga sentido, más allá de lo que te haga feliz» nos dice Albert Casals, su protagonista.

Nuria también se define como calvita y a través de su vida nos cuenta cómo es la enfermedad con la que se topó hace casi tres añitos, la alopecia areata. También tiene un Facebook, Alopecia Areata España, donde «busca fomentar y apoyar a las personas con la enfermedad y crear una comunidad en línea para ellos». AA it’s me es el nombre de su blog y cómo se define ella después de haber pasado por asimilar su enfermedad y perder casi todo el pelo de su cuerpo. Yo he conocido esta enfermedad gracias a ella y un montón de historias de superación y de ganas de vivir no de cualquier manera, vivir sin filtros ni sensaciones descafeinadas, vivir a tope. Os recomiendo, además de pasar por su blog y su Facebook, la lectura del post que le dedica la periodista Paloma Goñi en su blog, Aires de Cambio, donde dice algo que me parece clave para acabar este post y que quizá sea lo que me está dando a mí tantos quebraderos de cabeza en mi constante fase de búsqueda actual:  «Esta joven es una mujer optimista que ha decidido compartir su visión del mundo y de su situación particular a través de un blog, ante la imposibilidad de encontrar otros blogs en español de gente con alopecia areata. Y es algo importante, que la gente hable, cuente y “salga del armario”, que empecemos a ser como somos, sin ocultarnos tras máscaras, máscaras y más máscaras».

Pues eso, ¡no te ocultes! ¡Rétate a descubrirte! ¡Que no te hunda el poder con su objetivo de subordinarnos a la precariedad y al silencio absoluto ante esta crisis! Es frustrante, es desesperante, lo sé, pero de nuevo ese mensaje de José Luis Sampedro que hay que repetirse siempre, siempre, siempre. Somos afortunados porque nos han dado el beneficio de una vida, así que, nuestra obligación es VIVIRLA.

With brave wings she flies
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P.D. Para acabar os dejo con un vídeo que recomienda Nuria y que os recomendamos el Rubio y yo también. Lo vimos el otro día y nos encantó. Porque, inciso, antes he dicho que no hay príncipes ni princesas por aquí, pero tengo la suerte de compartir mi vida con el niño republicano más lindo por dentro y por fuera del mundo mundial y con Clotilde Rueda, nuestra hija peluda, y la perrita más famosa de Instagram a este paso. El vídeo habla sobre la vulnerabilidad. Y como es algo que compartimos todos y todas, creo que deberías verlo. ¡Hasta la próxima, gente!

http://www.ted.com/talks/brene_brown_on_vulnerability.html

¿Hacer el ridículo o no hacer nada?

Aun recuerdo uno de mis primeros miedos. Era muy pequeña y al abrir un libro solo veía letras que no entendía. Mi yaya Leonor me tranquilizaba y me decía que era normal, que aun no tenía la edad, pero que pronto iría al cole y aprendería a leer e incluso me apasionaría entrar en aquellas historias que los libros guardaban para mí. ¡Cuánta razón tenía y cuántas veces me he acordado de ese momento! Cuántas veces sigo echándola de menos ahora que ya no está… Nuestras conversaciones, nuestros momentos de abuela-nieta.

Las inseguridades y la impaciencia siempre me han acompañado, creo que juntas muchas veces pueden ser un cóctel explosivo. Tú quieres hacer las cosas bien desde el principio y resulta que no, que todo tiene un aprendizaje. O tal vez, en ocasiones, no quieres hacer el ridículo y te quedas ahí apartada viendo la vida pasar. Claro que, después de unos años de batacazos me dí cuenta de que esto de vivir no iba así. Era mucho mejor tirarse a la piscina y al menos hacerlo y equivocarte a no hacer nada y no tener esa experiencia/conocimiento. Pero empezar, hacer algo, no quedarse ensimismada, boquiabierta, petrificada… ya me entiendes.

Cuando tenía 6 años mi mejor amigo se llamaba Mario y era, posiblemente, lo que podíamos llamar el macarra de clase. Yo no tenía nada que ver con esas niñas de faldas blancas y celestes, pelos lacios y estuches con todo tipo de colores perfectamente alineados. Yo era… otro tipo de niña, dejémoslo ahí. Hacer canalladas con mi amigo el malote era mucho más fácil que intentar hablar con ellas para ser de su grupo, ya sabéis. Hasta que un día me atreví a sentarme al lado de una, le pedí prestados sus maravillosos Plastidecor para colorear un dibujo y ¡glups! Olvidé que además de impaciente e insegura siempre he sido tremendamente torpe, rompí por la mitad el color rosita. ¡Tragedia! Claro, nunca pude ser de este grupo de niñas, pero empecé a tener más amigos además de Mario, a socializar a la pequeña fierecilla que estaba hecha. Descubrí, claro, que no podía ser del grupo de las niñas populares, pero que tenía otras virtudes personales.

Aun así, no nos engañemos, los miedos siguen estando ahí. Y me encanta ese momento en el que después de sudores y bloqueos y ponerte roja llega el día en el que ese miedo se ha suavizado o quizá, con mucha suerte, se ha superado. Pero claro, nada es milagroso y, como decía Picasso, que la inspiración me pille trabajando. Basta de lamentos, ponte manos a la obra y enfréntate a ese miedo que te corroe. Te lo digo a ti, pero me lo estoy diciendo a mí principalmente. Hoy al leer el blog de mi querida hada madrina, Gaby Castellanos, me encontraba con este ejemplo de coraje que me ha puesto de muy buen humor.  Y que, por supuesto, sin remedio, me ha hecho acordarme de nuestro querido Napoleon Dynamite.

Pues eso, nuevos miedos, nuevos retos, pero, ¿qué es la vida si tienes la sensación de haberlo hecho ya todo en algún momento? Espero no experimentar esa sensación hasta que tenga 99 años por lo menos. Allá voy, a lanzarme a mis nuevos retos y a intentar que ningún miedo me frene.

¿Hijos de cobardes, padres de valientes?

Sí, ya sé que nos pasa a todos. Eso de perder el tiempo con las moscas cuando una tarea urgente reclama toda tu atención. Estas moscas pueden llamarse “fregar los platos”, “ordenar tu cuarto”, “inventarte listas colaborativas de spotify”, “hacerle fotos a tu perra como una descosida” o “armar tramas de una posible novela”. También están “preparar papeles para cualquier beca” y “planificar lo que voy a hacer después de la tarea esta tan urgente a la que tengo abandonada”. Casi como si se tratara de capas y capas de Photoshop vas enterrando aquello que se supone que era prioritario y cuando despiertas del shock ya ni te acuerdas de por dónde ibas.

En la rae nos lo explican bien clarito, procrastinar: diferir, aplazar. O como dice mi amiga Carmen, entregarte a las redes sociales, catalogadas como armas de distracción masiva.

Pero es que es justo en esos momentos, en los que tienes la cabeza no amueblada, sino saturada de ideas, en los que se te ocurren muchos más proyectos. Amigos creadores, ¿no nos dicen siempre que hay que apuntarlo todo por si es una buena idea que luego se pueda desarrollar? ¿Llevar una libretita en el bolso y dormir con ella bajo la almohada si hace falta para que esa idea no se escape? Pues eso, que en estos momentos, yo ya no sé si atender a esas personas de ocurrencias maravillosas, pero entrópicas y caóticas, como yo. O atender a aquellos que me insisten tanto, céntrate en este objetivo, que luego vendrán otros, muchos más, impaciente. Pues sí, lo soy. A todos se nos escapan proyectos, pero como dicen los mejores amigos para consolarte, “es que no era para ti”. Y quizá sea verdad. Que todo tiene ese momento justo. Igual que cada receta tiene su toque de sal o que cada cita su puntito exacto de perfume, ¡no os paséis!

Y el miedo nos invade, como decía mi amigo Carlos Preil Abras en su último post, que nos dedicaba a Clotilde y a mí, a las Rueda. Querido, Pries, como te digo siempre, hace dos semanas estuve en el último Festival Eñe, procrastinando, no tengo remedio. Pero es que había probado suerte contestando una pregunta en un concurso y al final me tocó un abono doble a este festival de modernos-culturetas-gafapastas. Me hizo toda la ilusión del mundo y disfruté mucho, todo hay que decirlo. Así que, como era de cultura y yo esto del trabajo me lo tomo muy a pecho, pues me dije, seguro que sacas alguna idea de provecho para un proyecto futuro. En una de esas conferencias, el escritor Jorge Volpi hablaba de la teoría de la evolución aplicada a las novelas, las mejores salían adelante, las peores no. Y también hablaba del miedo y recalcaba que era un factor muy humano, aunque nos empeñáramos en esconderlo. ¿Y sabes por qué? Porque, según decía él, somos hijos de cobardes, ya que los valientes se enfrentaron a las fieras y de ellos nada sabemos, quedaron hechos añicos. Y los que se escondieron con sus dudas nos tuvieron a nosotros y así sucesivamente. Así que ánimo, todos tenemos miedos y lo mejor es enfrentarse a ellos de manera kamikaze porque, como decían en mayo del 68 y volvemos a decir en las plazas, ya es hora de que “seamos realistas, pidamos lo imposible”. Habrá que vivir, ¡digo yo! Y ya de paso echarle coraje y convertirnos en padres de valientes. Mientras que escribo esto no puedo dejar de pensar en nuestros padres y abuelos y estar firmemente convencida de que tuvieron que ser muy héroes para conseguir unos derechos que esperemos que no nos arrebaten muy pronto con la nueva situación del país… Pero esto es una historia para un próximo post. Supongo que Volpi se refería a nuestros antepasados más antiguos, los que vivían con dinosaurios…

Dicho esto es hora de acabar este post, centrarme de nuevo en la filosfía y el arte y escribir de una vez mi TFM. Marcuse, Habermas, Kant, Tracy Emin, Anish Kapoor… no sé cómo habéis llegado a mi trabajo, pero os odio un poquito bastante.

 

Carlos Preil, como tú mismo dices, las ruedas están hechas para rodar y las Rueda rodamos mucho, pero te aseguramos que de tu vida no nos vamos a mover, porque, como tú dices, hay personas que, aunque las conozcas desde hace un mes, parece que llevan ahí toda la vida. Como nuestra querida Carmen Lozano Bright o todos los habitantes de la plaza, la de Málaga y las de otras que nos acompañarán en diferentes etapas.

Y para terminar de procrastinar os dejo una lista colaborativa para que pongáis vuestro granito de arena. Es una trampa para que perdáis el tiempo vosotros también. Se llama “La vida sobre el asfalto. Mi bso callejera” o cómo ponernos los cascos y ver la vida pasar al ritmo de nuestra particular BSO. Es muy fácil, os suscribís y luego añadís las canciones que queráis. Y quien no tenga spotify que deje un comentario con la canción.

¡Hasta luego, procrastinación. Hola, TFM!

La vida sobre el asfalto. Mi bso callejera